Maternidad

12, Enero 2021

Usos de las pantallas en la niñez

Los dispositivos tecnológicos son muy comunes en los hogares, se convirtieron en protagonistas de la rutina de niños y niñas de corta edad que pasan sus horas entretenidos con las pantallas. Ante esta situación, los especialistas alertan sobre el impacto que tiene esta exposición para el desarrollo infantil si no se controla adecuadamente.

Imagen de Getty

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los menores de un año no deben pasar tiempo en actividades sedentarias ante una pantalla, sino que aconseja que estén físicamente activos varias veces al día de diferentes formas, incluyendo en posición ventral aquellos que todavía no caminen. Y, lo recomendable, es que duerman entre 12 y 17 horas diarias.

Para los niños de uno a dos años, el tiempo dedicado frente a una pantalla no debe exceder de una hora, cuanto menos mejor. Además, aconsejan tres horas de actividad física por día y, al menos, 11 a 14 horas de sueño de buena calidad, incluidas las siestas, con horarios regulares para dormirse y despertarse.

Y para los menores de tres a cuatro años, el organismo destaca la importancia de no exceder de una hora el tiempo frente a los dispositivos tecnológicos, priorizando contenidos didácticos, apropiados para la edad y, siempre, junto a un adulto/a responsable.  En aquellos momentos de inactividad, lo ideal es el contacto con los cuentos y los juegos recreativos. Las tres horas recomendadas de actividad física deben incluir movimientos de intensidad moderada a elevada. 

¿Cuál es la importancia de poner límites al uso de pantallas?

Los organismos hacen foco en la necesidad de evitar la sobreexposición de pantallas porque de ello depende el desarrollo cognitivo y emocional de los menores. Entre las consecuencias más comunes destacan la falta de atención, retrasos en el lenguaje, dificultad para estrechar vínculos y relacionarse.

Según la Dra. Fiona Bull, integrante de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “aumentar la actividad física, reducir el sedentarismo y garantizar un sueño de calidad para los niños pequeños mejorará su salud física y mental y su bienestar, y ayudará a prevenir la obesidad infantil y las enfermedades asociadas a ella en etapas posteriores de la vida”

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