Saludablemente

12, Enero 2021

Melanoma: cómo prevenirlo y reconocerlo

Es uno de los tipos más agresivos de cáncer de piel, por eso cada 23 de mayo se utiliza para concientizar sobre esta patología oncológica y los cuidados preventivos.

Los melanomas se originan a partir de los melanocitos, que son células responsables de la producción de pigmento (melanina) en la piel normal. Pueden aparecer como nuevas lesiones (“novo”) o desarrollarse sobre lunares preexistentes. La radiación ultravioleta, tanto del sol como de fuentes artificiales como las camas solares, es el principal factor de riesgo para el melanoma.

Si se detectan a tiempo son curables, pero si no reciben atención adecuada, existe un alto riesgo de que se propaguen a otras partes del cuerpo. Su evolución puede ser impredecible, ya que algunos casos se desarrollan rápidamente y otros de manera más gradual. Aunque menos común, también pueden afectar las mucosas y los ojos.

Los expertos enfatizan la importancia de que la población conozca y aplique la regla del “ABCDE”. Esta sigla mnemotécnica se utiliza para analizar las características de la aparición repentina de una lesión en la piel: Asimétrica, con Bordes irregulares, Color irregular, Diámetro en aumento (mayor a 6 milímetros) y Evolución.

Los factores de riesgo y su prevención

La exposición intermitente al sol, como la que suele ocurrir durante las vacaciones de verano, conlleva el mayor riesgo. La exposición solar durante etapas tempranas de la vida es más peligrosa que en la edad adulta. Otros factores de riesgo incluyen cabello rubio o pelirrojo, ojos verdes o azules, pecas, dificultad para broncearse, antecedentes familiares de melanoma, presencia de numerosos lunares y antecedentes de lunares displásicos.

En este sentido, los profesionales hacen hincapié en la prevención primaria, es decir, en las acciones que se pueden tomar para evitar la aparición del melanoma. Aquí están algunos consejos de fotoprotección y fotoeducación:

  • Evitar la exposición solar entre las 10 a.m. y las 4 p.m. durante los meses de primavera-verano.
  • Utilizar protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar (FPS) de 30 o más durante todo el año, incluso en días nublados. Aplicarlo al menos 30 minutos antes de la exposición al sol y reaplicarlo cada dos horas.
  • En niños mayores de 6 meses, utilizar protectores solares con un FPS de 50 o más, especialmente diseñados para uso pediátrico.
  • Usar sombrero de ala ancha y gafas de sol con filtro UV.
  • En espacios al aire libre, preferir áreas arboladas con sombra.
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