Cultura y sociedad

12, Enero 2021

Quiero música, maestro, que esta noche estoy de tangos

En honor a los nacimientos de Carlos Gardel y Julio De Caro, dos íconos de una de las mayores expresiones de la cultura argentina, hoy se celebra el Día Nacional del Tango en nuestro país.

Declarado en 2009 por la UNESCO como ‘Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad’, el tango es una de las expresiones artísticas más representativas de la cultura argentina. La iniciativa de conmemorarlo, propuesta por el músico y productor Ben Molar en 1965 y aprobada en 1977, busca honrar el nacimiento (el mismo día aunque en diferentes años) de Carlos Gardel y Julio de Caro, dos grandes referentes de ese género.

“El Zorzal Criollo” nació el 11 de diciembre de 1890, en la localidad de Toulouse (Francia), y es considerado el cantor más grande del género y de la música argentina, además de una figura de culto popular. Su arribo a nuestro país se dio por el puerto de Buenos Aires junto a su madre Marie Berthe Gardes, cuando apenas tenía dos años y tres meses. A lo largo de su trayectoria artística, grabó más de 900 canciones. Se nacionalizó argentino por elección en 1923 y murió de manera trágica en 1935 en un accidente aéreo en Medellín, Colombia.

Julio de Caro nació en 1899 en una casona del barrio de Balvanera, en la calle de la Piedad (actual Bartolomé Mitre), a la altura de Azcuénaga de la ciudad de Buenos Aires. Fue violinista, compositor, arreglador y director de orquesta y fue quien inició la vertiente evolucionista en el tango. En 1924 formó un sexteto  y creó un nuevo estilo que se llamó “La escuela Decareana” y que se diferenciaba de la gardeliana. Falleció el 11 de marzo de 1980 a la edad de 80 años, en la ciudad de Mar del Plata.

La tradición argentina y uruguaya del tango, hoy conocida en el mundo entero, nació en la cuenca del Río de la Plata, entre las clases populares de las ciudades de Buenos Aires y Montevideo. En esta región, donde se mezclan los emigrantes europeos, los descendientes de esclavos africanos y los nativos (criollos), se produjo una amalgama de costumbres, creencias y ritos que se transformó en una identidad cultural específica.

Practicado en las milongas –salas de baile típicas– de Buenos Aires y Montevideo, el tango ha difundido el espíritu de su comunidad por el mundo entero, adaptándose a nuevos entornos y al paso del tiempo. Esa comunidad comprende hoy músicos, bailarines profesionales y aficionados, coreógrafos, compositores, letristas y profesores que enseñan este arte y hacen descubrir los tesoros vivos nacionales que encarnan la cultura del tango.

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