Cultura y sociedad

12, Enero 2021

Lecturas conscientes para las infancias

Cuentos Feroces, es una propuesta que repiensa los relatos tradicionales y nos acerca a historias con desenlaces y finales más representativos del mundo actual. Charlamos con Shumi Gauto, creadora de esta iniciativa que se presenta en formato de podcast.

Foto gentileza Pamela Brunfman

Shumi Gauto es la narradora de Cuentos Feroces y junto con Rodrigo Menéndez y Joaquín Bachrach; emprendieron en este proyecto de reversionar cuentos tradicionales en formato de audio-narraciones, que se pueden escuchar a través de Youtube y Spotify de forma gratuita.

 “Los tres somos papás y vimos que había algo de los relatos clásicos que pedían una actualización, registrábamos cosas que estaban muy obsoletas y que nos hacían ruido a la hora de leer en voz alta esos cuentos. De alguna manera decidimos transformar las historias clásicas para que describieran mejor el mundo actual, para que representaran lo que ocurre hoy en día, para que contaran distintas alternativas y no una única bajada sobre todo en lo que respecta a modelo de amor, de familia, físico al que uno tiene que apuntar”, cuenta la locutora y actriz.

Y agrega: “se trata de desandar todo ese camino y aprovechar relatos que todo el mundo conoce para que mucha gente se pueda identificar, y no solo unos pocos”.

Cuentos Feroces está disponible de forma gratuita en Spotify y YouTube

Con un abordaje que apunta a una identificación más igualitaria en términos sociales, culturales y de género, las 16 ediciones de Cuentos Feroces remiten a valores más cercanos a estos tiempos de crianza de las niñas y los niños. Estas nuevas aventuras, con personajes reales y lejos de los prejuicios, nos acercan a temas como adopción, bullying, discapacidades, familias ensambladas y cambio climático, entre otros.

“Nos preguntamos ¿de qué queremos que se hable? Leemos los cuentos y decimos, bueno Blancanieves es una reina movida por la envidia que le hace daño a otra persona y pensamos a qué situación se puede adaptar; y lo traspolamos a un caso de bullying en un colegio. Trabajamos de esa manera, ver de qué cosas podemos hablar. Cómo integrar todas las aristas y las diferencias que tenemos los humanos para que cada historia pueda verse reflejada en un cuento”, explica Shumi.

La elección de cuentos tradicionales como Caperucita Roja, El Patito Feo, Los Tres Chanchitos o Hansel y Gretel tiene que ver, como nos cuenta la autora, con viejas historias que han pasado de generación en generación y que forjan un espacio de pertenencia: “justamente por eso decidimos ir a los clásicos, para reformularlos porque creemos en la potencia de esas historias universales”.

Cenigenia la versión feroz de Cenicienta

Cuentos Feroces plantea dos tipos de relatos, los que mantienen los personajes y la historia, incluyendo adaptaciones más modernas como “Caperuzota”, una versión donde la niña detecta y cuenta con las herramientas para hacer frente a una situación de acoso y por otro lado, como “La Pefita Fea”, “Chica Sirena” o “Cenigenia” en los que se utiliza las estructuras de las historias clásicas con personajes nuevos y en otro contexto.

“Cuentos Feroces es nuestro mundo mejor”

“Todas esas bajadas con las que uno crece terminan determinando cómo uno se vincula en la vida real”

Pensados principalmente para que las niñas y los niños pongan a prueba la imaginación, se diviertan y reflexionen; los Cuentos Feroces visibilizan historias sobre el respeto por las diferencias, los estereotipos, la igualdad en todos los espacios y los valores; y de cierta forma buscan ser parte de la crianza y cuidado de las infancias desde el lugar del arte y la cultura.

“Justamente lo que hacemos es nombrar temas envueltos en historias para que los chicos y los padres puedan conversar al respecto. La propuesta es nombrarlas, acercarlas, ser amorosos con toda la diversidad que hay. Eso de fueron felices para siempre, el príncipe azul o la princesa rescatada, la idealización del amor y —no la realidad del amor— o la construcción cotidiana. Todas esas bajadas con las que uno crece terminan determinando como uno se vincula en la vida real.

Para las infancias creo que hay mucho alivio al ver afuera eso que a uno le pasa dentro, genera una cosa de pertenencia. Un chico adoptado que lee que el protagonista del cuento es otro chico adoptado, trae alegría. Sino se naturaliza un mundo en donde queda excluido. Si uno nunca lee un cuento sobre chicos adoptados es como si esa parte no existiera, como si esas historias no existieran, o como si fueran una rareza y tampoco saben cómo vincularse”, reflexiona Gauto.

Y menciona: “La literatura siempre es una gran pata, una gran herramienta, un gran soporte para charlar, conversar, debatir, intercambiar. Una familia que lee, padres que les leen a sus hijos tienen disponible el debate, el intercambio, la reflexión. El arte es el poder de la identificación, cuando a uno lo conmueve el arte es porque se siente identificado; y en ese sentido la literatura y también los cuentos están para eso”.

Con dos temporadas de ediciones fabulosas, se suman las Canciones Feroces y el proyecto del libro en físico para seguir generando nuevos contenidos; también como aporte al ámbito educativo. 

“Somos tres amigos a los que nos gusta escribir, nos gusta pensar, nos gusta mucho jugar con nuestros hijos; y quisimos aportar algo. Nos mueve crecer y aportar. Crecer individualmente como seres humanos, eso también es muy lindo porque es una cosa en la uno no tiene urgencias, no tiene exigencias. La verdad es que Cuentos Feroces es nuestro mundo mejor”.

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