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12, Enero 2021

Cómo nos afecta la energía

Continuamente estamos influenciados por las energías del entorno y de los vínculos, que pueden resultar positivas o negativas para nuestro bienestar.

Foto: Freepik

No solo las personas, sino también los lugares y tareas están cargados de energías, que en muchas ocasiones nos contagian malestar emocional, espiritual, físico y mental produciendo -entre tantas cosas- cansancio, intranquilidad, ansiedad, mal humor o tristeza.

Para procurar ambientes y relaciones más saludables y libres de toxicidad, es importante aprender a gestionar correctamente las energías negativas, conocidas como ‘malas vibras’.

Todas las personas tenemos el poder de hacer sentir bien o mal al otro y frente a la segunda opción, la decisión de cómo enfrentar la situación para que no afecte nuestra calidad de vida está en manos de cada uno. Esto además, tiene que ver con la capacidad de asumir que los círculos cercanos no siempre son los más sanos y al detectarlo, podemos generar un cambio.

¿Qué es la energía? La energía es la capacidad que posee un cuerpo para realizar un trabajo. Es acumulable y puede producir cambios en uno y sobre otros. Es el combustible, el poder y las ganas que nos motivan en el día a día. No se destruye, se transforma y puede manifestarse de diversas formas.

Buenas o malas, debemos saber controlarlas, gestionarlas y comprenderlas, porque la energía se mueve, se consume y se reproduce. Por eso, para aumentar nuestro estado energético emocional, además de rodearnos de personas positivas que nos ayuden a potenciar la proactividad, hay que trabajarlo desde nuestro interior eligiendo de qué forma nos queremos energizar.

Cuidar la energía es cuidar la salud emocional. Así como modificamos hábitos para obtener bienestar físico y evitar patologías que puedan afectar nuestro organismo; podemos manejar nuestros estados energéticos y transformarlos hacia lo positivo.

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