Cultura y sociedad

12, Enero 2021

El árbol que salvará rincones de nuestro planeta

La lucha consciente contra la desertificación y el cambio climático suman un nuevo aliado propio de la naturaleza. Originario de Asia, en esta nota te presentamos a Kiri, un árbol capaz de crecer en tierras en las que ninguna otra especie podría sobrevivir, tanto así que se está haciendo conocido como el “Árbol de la Vida”.

La sabia naturaleza nunca deja de sorprendernos con sus maravillosas creaciones. Y este árbol de elegantes proporciones y muy reconocido por los beneficios que brinda, no es la excepción a la regla.

Kiri significa “cortar” en japonés y este árbol recibió este nombre porque consideraban que debían podarlo con frecuencia para favorecer su rápido crecimiento. Su madera también es muy apreciada.

El Kiri, también denominado árbol emperatriz, puede alcanzar hasta veinte metros de altura, se caracteriza por sus llamativas flores color lila y sus anchas hojas, ricas en nitrógeno, que al descomponerse aportan este mineral al suelo y permiten la regeneración de la tierra.

Los amantes de la naturaleza han empezado a llamarlo el árbol de la vida y no solo por el particular poder de sus hojas, sino también por sus gruesas y profundas raíces, que resguardan de la erosión a los suelos y logran que la tierra se vuelva más resistente a otros tipos de agresiones, propias de la naturaleza y del accionar del hombre.

Quienes trabajan y apuestan por un mundo más sustentable, han encontrado en el Kiri un gran cómplice, ya que otra característica distintiva es que cuenta con la capacidad de consumir más CO2 y producir más O2que el resto de las especies arbóreas, debido a sus características metabólicas.

El Kiri absorbe diez veces más dióxido de carbono que cualquier otro árbol y emite grandes cantidades de oxígeno, lo que lo convierte en un aliado con gran potencial para luchar contra el cambio climático.

Todas las virtudes de los árboles se ven potenciadas en este prodigio de la naturaleza, que se adapta muy bien a suelos pobres y contaminados, tolera las sequías y favorece la permeabilidad y la retención hídrica del suelo, consumiendo mucho menos agua que otras especies arbóreas. Además, en una sola temporada puede alcanzar un gran desarrollo, equivalente al de otros árboles en varios años.

El nombre científico de este ejemplar es “Paulownia tormentosa”, pero también se está haciendo conocido como el árbol del futuro ya que además de los beneficios que provee al ambiente, tiene la capacidad de resistir a agresiones extremas como el fuego y puede regenerar sus raíces y vasos de crecimiento de forma rápida, incluso en terrenos casi estériles. Por esta razón, suelen utilizarla como «planta pionera» en suelos poco fértiles, donde parecería imposible la vida vegetal.

Este árbol, con múltiples beneficios para combatir el cambio climático y embellecer aún más los espacios naturales se está haciendo muy popular en todo el mundo y en Argentina ya hay varios proyectos en marcha que buscan multiplicarlo, para cuidar el entorno de las generaciones venideras.

En Argentina ya hay varios proyectos en marcha que buscan multiplicarlo, para cuidar el entorno de las generaciones venideras.

Este milenario regalo de la naturaleza, redescubierto recientemente se podrá apreciar y disfrutar en ciudades de nuestro país como San Luis y San Carlos Centro (Santa Fe) donde están avanzando con proyectos de Forestación que lo incluyen como protagonista.

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