Saludablemente

12, Enero 2021

Consumo de probióticos y productos fermentados, una tendencia en auge

En los últimos años, mucho escuchamos hablar sobre el consumo de los probióticos y los productos fermentados, tendencia en todo el mundo. Para conocer más sobre estos alimentos, sus características y beneficios, dialogamos con la Lic. Paola G. Ferrero M.P. 3318. En esta nota, te contamos todo lo que tenés que saber.

Lic. Paola G. Ferrero M.P. 3318

Para introducirnos en la temática, la Lic. Ferrero nos informa que “según la Organización Mundial de la Salud, los probióticos son microorganismos vivos que, administrados en cantidades adecuadas, confieren beneficios al huésped, es decir, a quien los consume”. En este sentido, agregó que “hay criterios básicos que deben cumplir para poder estar adicionados a productos, entre ellos, estar vivos, identificar la cepa que los compone, contar con estudios científicos que respalden sus beneficios y, por último, ser inocuos”.

Al ser consultada sobre en qué patologías se recomienda su ingesta, la profesional expresó que el consumo de probióticos es aconsejado para los padecimientos gastrointestinales del lactante, sobre todo aquellos asociados al exceso del uso de antibióticos, en enfermedades dermatológicas como la dermatitis atópica o acné, en dolencias inflamatorias e intestinales, como prevención de enfermedades infecciosas respiratorias e intestinales y, además, son utilizados para equilibrar la microbiota.

Pero ¿qué es la microbiota? La Lic. Paola G. Ferrero indicó que es un órgano que recubre la piel, la vagina en las mujeres y se encuentra en la mayor parte del intestino del ser humano. Añadió además que “se nutre y se compone de hongos, bacterias, protozoos y virus; hay un porcentaje que es benéfico y otro patógeno. Esto es diferente en cada individuo y está influenciado por una alimentación saludable, nacimiento por parto normal o cesárea, todo ello influye en su composición. Lo que hacen los probióticos es equilibrar a esta microbiota.”

Según la profesional, el primer probiótico con el cual el ser humano tiene contacto es a través de la leche materna y se considera el más natural y saludable. “Después lo podemos encontrar en medicamentos mediante fórmulas magistrales o de laboratorios”, en tal caso puede tener una cepa o varias, y cada una de ellas presenta diferentes beneficios y es indicada por el médico. “También los podemos encontrar adicionados a los yogures, obviamente que la cepa debe estar declarada y, por último, en cápsulas comerciales (tomada la dosis según cada patología y con recomendación del profesional de la salud)”.

El Kéfir es recomendado para algunas enfermedades, sobre todo gastrointestinales como el estreñimiento, refuerza el sistema inmunitario y equilibra la microbiota.

Además, advierte que “no sólo con ingerir los probióticos la persona ya cuenta con sus beneficios. Sino que, para gozar de ellos, ese probiótico consumido tiene que pasar por el ácido del estómago, sobrevivir al mismo y adherirse a las paredes intestinales, es decir, sobrevivir, reproducirse y provocar estos efectos benéficos”.

Probiótico y productos fermentados

Es una realidad que el consumo de los productos fermentados está en auge, los cuales fueron consumidos desde hace mucho tiempo como medio de conservación. “Lo que se buscaba es que el alimento dure más tiempo. Actualmente se están estudiando los beneficios de esos productos”.

¿Cuál es la diferencia entre el probiótico y los productos fermentados? Según la profesional, “no está definido el producto fermentado como probiótico porque no hay forma de comprobar cuál es el microorganismo que posee ese alimento”. Además, “el proceso es diferente ya que la fermentación se produce a través de la oxidación, pero sí podemos afirmar que estos productos tienen un potencial efecto probiótico”. Esto significa que, “sabemos que tienen microorganismos, pero se desconoce la cepa y difiere de un producto fermentado a otro porque muchas veces esa fermentación es casera, se parte de diferente producto, como ejemplo el kéfir (que puede ser de leche o de agua), el miso que se genera a partir de la soja y el chucrut que es la fermentación del repollo”.

El primer probiótico con el cual el ser humano tiene contacto es a través

de la leche materna.

El Kéfir es tendencia

El Kéfir es un producto fermentado y se obtiene a partir de la fermentación de los nódulos llamados tibicos que se alteran por el agregado de azúcar”, informó la profesional.

Este preparado, tiene diversos beneficios, entre ellos “tiene un poder probiótico potencial ya que no se conoce específicamente qué bacterias y hongos lo componen, no están analizadas”. Según la Lic. Ferrero, el Kéfir es recomendado para algunas enfermedades, sobre todo gastrointestinales como el estreñimiento, refuerza el sistema inmunitario y equilibra la microbiota. Es por ello por lo que su consumo e incorporación se recomienda a aquellas personas que tienen una alimentación saludable y con buenos hábitos.

Ante la pregunta sobre si se puede consumir a cualquier edad, la especialista informa que “el Kéfir en sí tiene un porcentaje de alcohol y azúcar. En menores de dos años no se recomienda la ingesta de azúcar y, en cuanto a la cantidad de alcohol, varía mucho según sea un kéfir industrializado o uno casero (el primero suele tener una proporción mayor)”; y agrega que “cuando el niño o niña inicia la alimentación complementaria y es mayor de un año de vida, si el grupo familiar lo consume, se le puede dar de probar, siempre y cuando esté diluido (en una tapita con agua) y sin reemplazar a cualquier otro alimento”.

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