Cultura y sociedad

12, Enero 2021

“Me gustan todos los colores del periodismo, nunca cambió mi curiosidad”

Incansable, la consagrada periodista y conductora María Laura Santillán hoy se luce en una nueva faceta en los medios de comunicación. Con más de 30 años de trayectoria, analiza lo que sucede actualmente con el público, la información y las nuevas plataformas; y cómo transita los cambios a nivel personal.

Preguntar, indagar, cuestionar e incluso refutar no es tarea fácil en ninguna circunstancia. Sobre todo, si se hace frente a millones de personas, mientras siguen el minuto a minuto al otro lado de una pantalla. Con los años, María Laura Santillán supo ejercitar ese mecanismo como un músculo y se consolidó como una de las referentes indiscutidas del periodismo argentino.

El 2021 la encontró alejada de la televisión, espacio en el que se siente cómoda y reconoce como su “casa”, pero más que activa, con nuevos proyectos, trabajo y muchas ganas de seguir aprendiendo.

Así es que desembarcó en las plataformas digitales, de la mano de la conducción de un ciclo de entrevistas a reconocidas personalidades que van desde actores, músicos hasta políticos, que se transmiten a través de las redes del sitio Infobae. “Tengo dos hijas, una es milennial y la otra centennial: leen y se informan con la computadora y el teléfono, no ven televisión, no leen el diario papel, para ellas la información es por vía digital. Por lo tanto me siento en la obligación de estar actualizada”, admite en la charla con Vida & Salud.

“Por un lado para poder llegar a todas las audiencias, a las nuevas generaciones, pero especialmente por ellas, para hablar el mismo idioma, para entenderlas. Acá tengo compañeros de lujo y soy una esponja que a cada minuto aprende algo nuevo”, asegura.

El periodismo para María Laura es, sin dudas, más que una profesión, una pasión. Así lo describe y lo concibe, y se refleja en la multiplicidad de caminos que elige transitar para redescubrirlo. “Siempre me interesó la comunicación masiva, no la información de nicho, ni para pocos. Y esta es la plataforma ideal para eso”, apunta en relación al nuevo espacio que ocupa.

También al frente de un ciclo diario en radio (La Mañana de CNN, por CNN Radio) se mantiene activa, en movimiento y con las mismas ganas que al dar los primeros pasos en el mundo de los medios, algo que comenzó hace más de 30 años. Su formación incluye la locución, formación que realizó en el Instituto Superior de Radiodifusión (ISER) y la carrera de Filosofía y Letras, que cursó en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Se abrió camino como cronista de los servicios informativos de las clásicas Radio Splendid y Radio Rivadavia a inicios de 1980 y creció hasta transformarse en una de las caras emblemáticas de El Trece, en donde trabajó hasta el 2020.

Al mirar hacia atrás, la conductora recuerda ese camino, de crecimiento profesional, elecciones y oportunidades, siempre paralelo al de las vivencias personales, con momentos de alegría, otros difíciles y de cambios permanentes. “Hay momentos duros, momentos en que los cambios profesionales y personales que no pasan por la decisión de uno. En esos casos hay que recuperarse y volver a armar espacios de placer y de creatividad”, reflexiona.

“Hoy mis hijas viven fuera del país, una de ellas como estudiante, y es un desafío enorme para las tres estar siempre conectadas, comunicadas, al día, compartir tiempo, seguir acompañándonos. ¡Ojalá pueda con eso!”, expresa.

Foto: Gustavo Gaviotti

A esta altura de su carrera, reafirma que optaría por el mismo camino. “Volvería a elegir el periodismo, sin dudarlo. Es claramente mi vocación y mi pasión. Celebro cada día tener una vocación, no todos tienen esa suerte. Disfruto como loca esta tarea”, reafirma.

“Por supuesto que todo cambia: el modo de comunicar, se suman herramientas, los deseos, los estímulos. Personalmente me aparecen ganas de cosas nuevas todo el tiempo y el desafío es ir cambiando sin tirar todo por la borda, sino sumar. Tampoco soy la misma mamá de mi hija mayor que de mi hija más chica”, analiza.

Sos una de las periodistas más respetadas y consagradas. ¿Cómo lo vivís? ¿Qué se mantiene intacto?

“Me gustan todos los colores del periodismo: los grandes eventos, las transmisiones en vivo, las investigaciones, las crónicas, los debates, los reportajes. Lo que no cambia nunca es mi curiosidad. Soy muy curiosa desde chica, me interesa todo. Creo que la curiosidad es un rasgo de todos los periodistas: queremos conocer, queremos saber”.

En tu caso, ser mujer en un medio en el que, durante muchos años, las figuras y protagonistas fueron hombres… ¿implicó tener que demostrar más, en términos de capacidad o de profesionalismo?

“Tuve la suerte, la voluntad y la perseverancia de seguir mi vocación y de ir haciendo un camino que hoy me representa. Empecé a trabajar muy joven y no paré nunca. Estoy contenta con lo que hice, con todo el recorrido, y con lo que hago actualmente. Me siento muy respetada y lo disfruto mucho”.

¿Qué referentes mujeres tuviste?

“Las mujeres que marcaron mi camino son las de mi familia. Mi madre, principalmente, también mis dos abuelas. Siempre fueron y son referentes en lo personal y en lo profesional. Tuve la dicha de nacer en una familia de profesionales, de gente muy curiosa, de tener cerca mujeres muy activas. Trabajaron, estudiaron, escribieron, dibujaron, pintaron, cocinaron, leyeron. Ellas siempre estuvieron aprendiendo cosas nuevas, no soy hija de un repollo, claramente”.

¿En qué momentos o etapas sentís que te reinventaste?

“El cambio es permanente fuera y dentro de mí, y lo más importante: me gusta. Me gusta mucho aprender de lo nuevo y también animarme a salir de la zona de confort. Creo que todo el tiempo me fui reinventando y lo sigo haciendo a cada rato. Los programas de televisión que hice durante varios años, no una sola temporada, como por ejemplo: Fax, Causa Común, Justicia para Todos, Telenoche Investiga, Argentina para Armar, Telenoche, David y Goliat, fueron cambiando año tras año, y yo fui cambiando a la vez”.

“Las mujeres que marcaron mi camino son las de mi familia. Siempre fueron y son referentes en lo personal y en lo profesional”.

¿Cuál es tu mayor compromiso desde el lugar que ocupás?

“El compromiso del periodista, a mi criterio, es con la búsqueda de la verdad. Eso está por encima de todo lo demás”.

¿Pensás que cambió la forma de consumir medios o noticias? Sobre todo con las redes sociales que son también nuevas formas de hacer y comunicar. ¿Hay una crisis de los medios tradicionales?

“Cambió todo con la aparición de las plataformas digitales y de las redes sociales y, por lo tanto, cambió el modo de informar y de informarnos. Se multiplicaron los espacios para expresarnos y para publicar. Todo está cambiando aceleradamente. A pesar de los algoritmos que direccionan el consumo, y de los ‘trolls’ o los violentos que agreden, podemos hoy expresarnos libremente en las redes. Creo que todo es mucho más democrático que en el pasado: hay infinidad de lugares para intentar participar en la conversación pública. Los medios tradicionales están sin duda en crisis y tienen todavía pendiente un gran desafío: deben reinventarse, aggiornarse, modernizarse, todavía más. Solamente los que estén a la altura de los tiempos que corren y constantemente actualizados podrán fidelizar sus audiencias”.

¿En tu caso, cómo es tu relación con las redes?

“Los que no somos nativos digitales somos más cautos con las redes, y también menos activos. Pero cada vez tienen más protagonismo en mi vida diaria. Si tengo que elegir una red, elijo Instagram, porque es audiovisual. Y además porque es muy amigable. También elijo YouTube claro, que para mí es el futuro: nos permite elegir libremente el contenido, sin estar atados a un horario o a una programación. Ahí buscamos y encontramos lo que queremos ver, en el momento en que lo queremos ver. Cada vez estoy más metida en redes porque mis reportajes, además de verse en la plataforma del medio, se ven en su Instagram, se replican en Twitter, en Facebook, en Tik Tok y se ven completos en YouTube”.

¿Y la televisión, qué significa para vos, teniendo en cuenta lo central que es en tu carrera? ¿Tenés ganas de volver?

“La tele es mi casa. Estoy muy cómoda, pasé la vida entera trabajando ahí. Todavía no se cumplió un año desde que no estoy en la tele y la extraño. Volveré en algún momento próximo… creo que no falta mucho, así como hace 5 años decidí volver a la radio”.

“Se multiplicaron los espacios para expresarnos y para publicar. Hoy todo es mucho más democrático que en el pasado: hay infinidad de lugares para intentar participar en la conversación pública”.

También se sabe que es un medio complejo. ¿Cómo se hace para saltear un silencio o momento incómodo en vivo?

“Es difícil saltear, pero hay que atravesarlo, dejarlo correr. Si te ponés en contra de lo que está pasando, si intentás hacer como que no pasa nada, todo puede ser peor. Incluso se puede explicitar lo que pasa si decís: ‘después de este momento incómodo que hemos vivido’. La gente agradece la sinceridad, lo real, lo que no es impostado, lo que no es mentira. Y en cuanto a los silencios, depende… Hay algunos que son espectaculares y también hay que dejarlos correr. Pero si los silencios implican aburrimiento, lentitud al hablar, falta de respuesta del otro, ahí tenés que sacar toda tu capacidad profesional, tu costado más histriónico afuera para que la gente no deje de verte, no cambie de canal o de plataforma”.

¿Cuál es el límite en una entrevista? ¿Vale todo a la hora de lograr una nota exitosa?

“No vale todo. Todos tenemos nuestro código de ética personal además del que tiene cada medio, cada empresa. Hay muchos límites. Solo por nombrar un par, están los relativos a la vida privadísima de las personas, incluso de las públicas y hay un límite muy subjetivo, pero no por eso menos importante, que es el límite del buen gusto”.

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