Martín Garabal: un gran artista

¿Quién es Martín Garabal? ¿Podés definirte a vos mismo?

“Esta respuesta me da un poco de vergüenza, pero porque hay un malentendido con respecto al término. Desde hace un tiempo empecé a definirme como artista. No ando por ahí diciendo: ¡Ay! Soy un artista. Pero me doy cuenta que la profesión de artista es una profesión como cualquier otra. Y no es un adjetivo calificativo.

Se podría asociar a dar ´aires de algo más´, pero en realidad es la descripción para trabajar en el medio artístico, en distintos formatos y soportes.

Podés ser un mal artista o un artista mediocre. Lo que sea. Pero lo que me interesa tiene que ver con la producción artística. Cuando hacíamos radio, tratábamos de hacer una cuestión más performática, cuando hago un libro, escribo o dibujo tiene que ver con el quehacer artístico y con la preocupación de cómo contar metafóricamente algo”.

En todas tus facetas de artista, siempre el humor como bandera y atravesándolo. ¿Te considerás un tipo gracioso y ocurrente?

“Con el humor lo que pasa es que lo definen los demás. Los que te consumen. Es raro sentir que uno es gracioso si del otro lado no se ríe nadie. Se completa instantáneamente con la mirada del otro, más precisamente con la sonrisa o la risa.

Lo que sí te puedo decir, es que para mí, el humor es la mejor manera de vincularse. Comparto tiempo con la gente que me hace reír. Lo elijo.

Y que está presente siempre. En los peores momentos hay humor, en las cosas que más me asustan, hay humor. Con las cosas que más me angustian, también hago humor. Y el género que más consumo, tiene que ver con la comedia dramática, y pienso que es lo que más se parece a la vida. Una mezcla de las dos”.

“Así como no podemos elegir de quién enamorarnos, creo que tampoco podemos elegir de qué reírnos”.

¿Creés que el humor se va adaptando?

“Por supuesto que el humor cambia. Y si bien es personal, también tiene que ver con lo político y lo social, en términos de transformaciones que se dan, información a la que uno accede, sensibilidades que uno adopta o no.

Así como no podemos elegir de quién enamorarnos, creo que tampoco podemos elegir de qué reírnos. Pero claro que el humor cambia, y quienes trabajamos de esto debemos adaptarnos y evolucionar, y seguramente habrá público para todo.

Uno igual puede seguir riéndose con cosas que no están buenas. Pero porque te evocan a un momento de tu vida, o porque el que las lleva adelante es alguien que te toca una fibra particular”.

¿El humor debería tener algún límite o no es necesario?

“Últimamente vengo pensando en esta idea de que se le pide límites al humor, pero no se le pide a ninguna otra disciplina artística. Nadie piensa en los límites del drama. Alguien ve un drama bélico y no dice: ´no deberían hacer un drama con esto, es un tema muy sensible´.

La verdad es que el humor tiene una función muy importante. Es la de absorber y trabajar una angustia. Metabolizar algo que nos da miedo de nosotros mismos o de la sociedad.

También creo que hay una confusión en torno al humor. Hay gente que se ampara diciendo que está haciendo humor, y en realidad está agrediendo. Entonces, lo que diría, es que hay un tipo de humor, que no necesariamente me divierte a mí, y que tiene que ver con reírse de las mismas víctimas, siempre. El humor siempre tiene una víctima, ¿no?.

Ahora, para mí, dentro de los temas no hay ninguno que sea límite. Podés hacer humor con las cosas más horribles, siempre y cuándo sea humor. Tiene que ser gracioso y no te tenés que estar riendo de alguien en particular. Esa sería la diferencia”.

¿Sos autocrítico con tu contenido?

“Soy muy autocrítico. Trabajo mucho en la reflexión posterior a lo que hago, y trato de ser ecuánime. Hay cosas que me gustan, y cosas que no, y de estas últimas trato de entender qué mejorar.

Obviamente uno tiene ganas de que lo que hace, guste. Y que la gente lo disfrute y lo comparta, pero a veces no necesariamente pasa. Sobre todo si uno está provocando una reacción. Está siendo cínico, irónico o parodiando algo. Y no todo el mundo tiene porqué seguir esa línea de pensamiento”.

Martín se destaca por un humor que trasciende la comodidad, le gusta bucear por el océano de lo incómodo. Y eso puede llevar a puntos controversiales y miradas diferentes sobre su contenido. “La incomodidad me parece mejor que entregar un humor masticado y digerido, que en un punto subestima a la audiencia”.

Además de generador de contenido, Martín es un gran espectador. Y tiene todo lo que ve, escucha y lee anotado. En sus redes sociales, sus 400 mil seguidores le reclaman orientación y recomendación sobre todos los soportes y categorías que se nos pudieran ocurrir.

“La comedia dramática es el género que más se parece a la vida”.

¿Sos un recomendador serial? ¿Disfrutás hacerlo?

“Me gusta recomendar películas, series y libros, pero también me gusta recomendar personas entre sí. Me gusta armar equipos y que la gente se conozca. Algo de eso te hace sentir que estás menos solo. Si más gente consume algo que te parece que está bueno, se tienen redes y lazos, y te da la sensación de que el mundo es un lugar de cosas posibles. Disfruto mucho de eso”.