Cultura y sociedad

12, Enero 2021

La Nuestra, una forma de pararse en la cancha como en la vida

“La Nuestra”, una organización de empoderamiento y construcción colectiva que encontró en el fútbol un camino posible de libertad, un espacio de expresión para ser, hacer y mirar la vida desde otro lugar. Dialogamos con Mónica Santino, cofundadora del club, Profesora Nacional de Educación Física y Ciencias Biológicas, Directora Técnica Nacional de Fútbol, periodista deportiva y militante feminista.

Hace 15 años, en noviembre de 2007, un colectivo de mujeres se organizó en la Villa 31 de la ciudad de Buenos Aires para darle vida a “La Nuestra Fútbol Feminista”. Una organización que surge con la propuesta de ofrecer un espacio de entrenamiento para niñas, adolescentes, adultas y LGBTIQ+ del barrio que deseaban jugar a la pelota.

“La batalla fundacional de La Nuestra fue ocupar la cancha del barrio Güemes, una de las principales de la Villa 31, con montones de niñas, adolescentes y jóvenes que tenían ganas de disfrutar el juego que las hace felices, pero no podían hacerlo de forma ordenada y organizada porque estaba ocupada por los varones”, relata Mónica Santino.

Allí permanecieron con mucha convicción logrando que hoy el espacio sea reconocido como “la cancha de las mujeres”. “Creemos que fue absolutamente revolucionario porque ocurrieron cambios. Algunas mujeres lograron que sus compañeros varones cuiden a sus hijos mientras ellas juegan. Se trata de eso, poner la pelota bajo la suela, levantar la cabeza y seguir entendiendo que las transformaciones son siempre colectivas, eso es lo más hermoso que el fútbol nos enseña”, comenta.

Con el paso de los años, “La Nuestra” fue sumando integrantes y hoy está conformada por más de 200 mujeres de todas las edades, desde los seis hasta los cincuenta años. En este sentido, Mónica explica que “las jugadoras están divididas en tres espacios distintos del barrio porque nos superó la cantidad. Además, contamos con un cuerpo técnico de nueve entrenadoras entre ellas directoras técnicas de fútbol, diplomadas recibidas, profesoras de educación física, antropóloga, educadora popular, trabajadora social, preparadora física y entrenadora de arqueras”. Aquí Mónica hace una mención especial destacando que “el cuerpo técnico es un orgullo para nosotras porque son profesiones donde a las mujeres, habitualmente, nos cuesta encontrar trabajo”.

Un espacio de expresión y contención

Las propuestas de la organización tienen gran repercusión e influencia en las mujeres del barrio. “La Villa 31 está pegada geográficamente al lugar más rico de la ciudad de Buenos Aires y esa brecha enorme genera mucha violencia. Entonces hacer algo sustancialmente valioso que sale de las entrañas del barrio pone de relieve lo que significa esa transformación de vida, mirarla con otro cristal. Que nadie es menos por nacer en un barrio con menos posibilidades, se trata de poner la vida por encima de todos los valores, ese derecho a vivir con dignidad”.

Las niñas, adolescentes, adultas y personas del colectivo LGTBI+ “encuentran en La Nuestra una casa, un espacio seguro, un lugar familiar para sentirse ellxs mismos, para vincularse profundamente con el fútbol desde un camino de libertad”, destaca Mónica añadiendo que “allí advierten la posibilidad de encontrarse con el juego como un derecho y esa plenitud enorme que les confiere el poder jugar desde una perspectiva feminista y transformadora”.

“No somos solamente un proyecto deportivo” dice la cofundadora de La Nuestra. “En este intento de sistematizar la práctica, de reunir todos los conocimientos aprendidos en el barrio, tenemos un espacio de taller y de reuniones que no son específicamente entrenamiento deportivo”.

La cancha de fútbol es más que un sitio para practicar este deporte, es un espacio para dialogar, debatir e intercambiar miradas. “Hablamos sobre salud sexual reproductiva, sobre qué es ser futbolista y feminista, discutimos sobre la legalización del aborto, planeamos campeonatos y nuestra participación en los encuentros plurinacionales”.

La escritura es otra de las actividades que el colectivo de mujeres lleva adelante. “Escribir sobre lo que estamos haciendo, el por qué llamamos a este fútbol feminista, desde qué lugar lo hacemos”.

Fútbol y feminismo se encontraron, llegaron para unirse en este contexto histórico que atravesamos y que no debe pararse más. Para nosotras el feminismo es la forma que tenemos de pararnos y decir `acá estamos`, es la forma política de poner en valor el trabajo, el amor por el fútbol y nuestra identidad”.

“Se trata de eso, poner la pelota bajo la suela, levantar la cabeza y seguir entendiendo que las transformaciones son siempre colectivas, eso es lo más hermoso que el fútbol nos enseña”.

Logros y anhelos

Las conquistas de “La Nuestra” son inmensas, al igual que su afán de crecer e ir, siempre, ganando más espacios. “El logro mayor es esta grupalidad maravillosa que tenemos, contundente, visible, profundamente política y revolucionaria” enuncia Mónica con gran emoción.

“El anhelo principal es la institucionalización de toda esta práctica villera para conformar un espacio físico, un club propio donde poder seguir abriendo todos estos caminos que forjamos hace 15 años”, afirma. “Una institución deportiva con conducción feminista, un espacio físico donde podamos seguir pensando al deporte de esta manera, donde podamos constituir divisiones inferiores con nuestro estilo, atravesado por la educación popular, teniendo en cuenta en primer lugar a las deportistas como personas. Donde las mujeres tengan un espacio para seguir investigando, produciendo conocimiento alrededor del género, el deporte y el feminismo”.

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