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12, Enero 2021

Desentrañando el mundo deepfake

Imagen de Freepik

¿Sabes qué es el deepefake y cómo se genera? En la era digital actual, el fenómeno de los “deepfakes” ha ganado reconocimiento como una técnica avanzada de manipulación que desafía la percepción de la realidad. Estas creaciones, que pueden parecer auténticas a simple vista, plantean una serie de cuestiones éticas y sociales sobre la autenticidad de la información en un mundo cada vez más digitalizado.

El término deepfake deriva de la combinación de “deep learning” (aprendizaje profundo) y “fake” (falso). En su esencia, un deepfake es un tipo de manipulación de medios que utiliza inteligencia artificial (IA) para crear o alterar contenido visual y auditivo de manera convincente.

Esto incluye videos, imágenes y audio que pueden presentar a personas diciendo o haciendo cosas que nunca hicieron. Estás imágenes o videos plasman algo que, a simple vista, parece verídico y realista. Sin embargo, el contenido es falso.

¿Cómo se construye o genera un deepfake?

La generación de un deepfake implica el uso de redes neuronales generativas antagónicas, GAN por sus siglas en inglés, con algoritmos complejos, que analizan y sintetizan grandes cantidades de datos para aprender a imitar con precisión, son capaces de aprender de los patrones que encuentran en las imágenes para luego reproducirlos creando otras nuevas de ese objeto.

Este proceso implica la recopilación de imágenes y/o videos del objetivo, así como la formación del modelo de IA para aprender sus gestos faciales, expresiones y voz. Una vez entrenado, el modelo puede manipular el contenido para crear un nuevo video o imagen que parezca auténtico, pero que en realidad es una representación falsa.

Algunas consideraciones

Los deepfakes plantean preocupaciones significativas en términos de desinformación y manipulación. Pueden ser utilizados para difundir noticias falsas, influir o dañar la reputación de individuos.

La proliferación de deepfakes plantea desafíos éticos y legales, como la privacidad, el consentimiento y la responsabilidad. ¿Quién es responsable de los daños causados por un deepfake? ¿Cómo se pueden proteger los derechos de privacidad en un mundo donde la realidad puede ser fácilmente manipulada?

A pesar de sus riesgos, la tecnología detrás de los deepfakes también tiene aplicaciones positivas, como en la industria del entretenimiento y el cine para efectos visuales o en la investigación científica para la generación de datos sintéticos.

En conclusión, los deepfakes representan un desafío multifacético que requiere una respuesta tanto técnica como ética. Si bien ofrecen un potencial innovador, también plantean serias implicaciones para la sociedad en términos de confianza, autenticidad y privacidad en el mundo digital en constante evolución.

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