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12, Enero 2021

Mitos y verdades sobre el dengue

Ante el brote histórico de dengue que afecta al país, se torna crucial derribar falsas creencias sobre la enfermedad y la manera de combatir al mosquito transmisor del virus.

Mitos y verdades sobre el dengue
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Argentina atraviesa una epidemia de dengue sin precedentes, con más de 180.000 casos, 129 fallecidos y escasez de repelente a nivel nacional.

En este contexto, es imprescindible contar con información certera para prevenir contagios y evitar la propagación del mosquito que transmite la enfermedad.

Dengue: mitos y verdades

El dengue es una enfermedad de la pobreza: FALSO

Aunque hay sectores sociales que padecen más riesgo que otros ante deficiencias en la red de agua potable o la recolección de basura, el mosquito puede estar presente y transmitir esta enfermedad a todas las personas por igual.

Las temperaturas bajas eliminan al mosquito Aedes aegypti: FALSO

Es cierto que durante los meses fríos los mosquitos adultos reducen su actividad, pero si se encuentran en una casa, conservan la temperatura de su interior. Los adultos y las larvas mueren únicamente a muy baja temperatura, pero los huevos pueden sobrevivir durante el invierno, hasta por un año.

El mosquito solo pica de día: FALSO

El mosquito presenta mayor actividad durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, pero también puede picar durante la noche si en la casa hay luces encendidas o en otro momento del día si no se alimentó antes.

Tomar vitamina B impide la picadura del mosquito: NO COMPROBADO

No hay evidencia científica que respalde esta creencia. Acá te compartimos las principales medidas recomendadas para evitar las picaduras.

El mosquito que transmite el dengue se cría en charcos y zanjas: FALSO

La hembra del Aedes aegypti deposita sus huevos en las paredes de recipientes artificiales que juntan agua, y las larvas y pupas se desarrollan siempre en esos recipientes.

Los mosquitos pican más a algunas personas porque tienen sangre dulce: FALSO

Si bien hay personas que resultan “más atractivas” que otras para los mosquitos, no tiene que ver con los niveles de azúcar en su sangre, sino con una mezcla de factores que incluyen, entre otros, el olor corporal y el dióxido de carbono que emite la respiración, la sudoración y el movimiento.

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