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12, Enero 2021

¿Argentina atrasa sus relojes? El debate por volver al huso horario natural

Un proyecto de ley propone que el país atrase una hora su reloj oficial para recuperar el huso horario UTC -4, más acorde al ritmo biológico de la población. Qué implicaría este cambio y por qué la ciencia lo respalda.

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El diputado Julio Cobos presentó un proyecto para que Argentina vuelva al huso horario natural correspondiente a su ubicación geográfica: UTC -4. Si se aprueba, el país dejaría atrás el actual UTC -3 (vigente desde 2009) y los días se ajustarían: amanecería más temprano, alrededor de las 6:00 en invierno, y oscurecería cerca de las 17:30 en junio. Aunque puede parecer una cuestión meramente administrativa, detrás del horario oficial hay razones biológicas que impactan directamente sobre la salud.

Una hora que desajusta el cuerpo

La propuesta busca corregir el desfase entre el horario legal y el horario solar que rige nuestro reloj interno, el llamado ritmo circadiano. Hoy, gran parte de la población argentina vive con un desajuste crónico: comienza sus actividades mucho antes de que amanezca, lo que se traduce en mayor somnolencia, reducción del rendimiento cognitivo, menor exposición a la luz solar matutina y un riesgo más alto de padecer trastornos del sueño y enfermedades metabólicas.

Según especialistas en cronobiología, vivir en un huso horario incorrecto es comparable a experimentar un “jet lag social” permanente, especialmente en los meses de invierno, cuando amanece pasadas las 8:00. Esto afecta la calidad del sueño, el estado de ánimo y hasta la salud cardiovascular a largo plazo.

Qué cambia si se aprueba el nuevo huso

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De implementarse el cambio, se ganaría luz natural en las primeras horas del día, favoreciendo el despertar natural y una mejor sincronización con el entorno. Además, las jornadas laborales y escolares comenzarían con luz solar, lo cual se asocia a mejoras en el rendimiento y en el bienestar general. Por otro lado, las tardes se acortarían: en pleno invierno, el sol se pondría alrededor de las 17:30, lo que podría implicar ajustes en la rutina social o laboral para aprovechar las horas de luz.

Este mismo horario (UTC -4) ya rigió en distintas etapas del país, especialmente en regiones del oeste que, por su posición geográfica, sienten aún más el desfase horario actual. Algunas provincias incluso implementaron cambios de forma autónoma en el pasado.

Un debate con implicancias sociales y sanitarias

Aunque no se trata de un cambio inmediato —el proyecto debe ser debatido en el Congreso y aprobado—, la propuesta reabre una discusión que va más allá de la política.

El horario en que vivimos condiciona nuestros hábitos, nuestro descanso y nuestra salud. Por eso, numerosos expertos piden que esta decisión se tome considerando no solo cuestiones energéticas o económicas, sino también las recomendaciones científicas.

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