Tendencias

12, Enero 2021

Arquitectura al servicio de la salud mental

La Neuroarquitectura se está haciendo cada vez más popular y necesaria para construir ambientes que propicien un buen estado de salud emocional.

La presencia de naturaleza verde, vegetación, plantas y paisajes relajan y disminuyen los niveles de estrés. Los techos altos propician la creatividad y el arte y, por el contrario, los bajos favorecen la concentración, el trabajo rutinario y la sensación de seguridad para dormir. A raíz de la pandemia, vivimos cada vez más estresados y la arquitectura no se quedó atrás.

Los espacios bien iluminados favorecen la relajación. Foto: Getty.

La Neuroarquitectura tiene en cuenta las emociones de las personas a la hora de construir planos para el posterior desarrollo de una construcción. Se trata de una tendencia que combina enfoques de la neurociencia y la psicología para planificar y diseñar ambientes, estructuras, colores, texturas y formas. Desde la antigüedad, los seres humanos utilizaron los edificios para expresar y provocar emociones en la gente, sobre todo en la arquitectura religiosa: lograron crear ambientes místicos, misteriosos, monumentales, de gran imponencia y poder debido al uso apropiado de escalas, alturas, iluminación, colores, acústica y simetrías. 

Cuando buscamos un lugar, en la ciudad, que ayude a la relajación y liberar tensiones, probablemente lo encontremos donde haya silencio y elementos de la naturaleza. Para lograr esto en una edificación, se puede optar por aberturas con doble o triple vidriado hermético, paredes de hormigón alveolar, pavimentos de madera o piedras naturales y, por supuesto, plantas y flores de interior/exterior. La iluminación cálida o neutra también es clave y se puede valer, también, de lámparas wifi con reguladores de intensidad.

La música  y las distintas opciones para reproducirla en sistemas inalámbricos del tipo bluetooth o wifi junto a paredes pensadas para lograr buena acústica, también ayudan a liberar tensiones. Junto a esto, podemos relajarnos a través del olfato con varillas de incienso y lámparas de aceite con esencias, sin olvidar, luego, una buena ventilación, preferentemente cruzada. Con respecto a los colores, se aconsejan claros (blancos rotos, beige o grises evitando colores demasiado saturados).

La decoración también juega un papel muy importante: rodearnos de objetos e imágenes positivas aumenta la sensación de bienestar, por ejemplo, con cuadros, fotos, frases. Los espacios deben estar organizados y despejados para proveer tranquilidad y comodidad. La Neuroarquitectura nos enseña el valor y la importancia de generar estímulos que favorezcan el ánimo y la productividad.

Compartilo en: