Saludablemente

12, Enero 2021

Sabañones: cómo prevenir esta reacción al frío

No son parte del pasado. Los sabañones afectan a muchas personas cada invierno. Qué son, por qué ocurren y cómo prevenirlos.

Con la llegada del intenso frío, muchas personas notan en manos, pies, nariz u orejas una sensación molesta: enrojecimiento, picazón e incluso dolor. Estos son los clásicos sabañones (o perniosis), una inflamación de los pequeños vasos sanguíneos de la piel provocada por la exposición al frío y la humedad

Cuando una zona del cuerpo se enfría mucho y después se calienta rápidamente, los vasos no se adaptan bien, lo que provoca inflamación, enrojecimiento, picazón y, en algunos casos, ampollas o úlceras pequeñas.

No se trata de una alergia ni de una infección, aunque puede traer complicaciones si no se trata correctamente. Suelen aparecer entre  12 y 24 horas después de la exposición al frío, especialmente en zonas como los dedos de manos, pies, orejas o nariz, donde la circulación sanguínea es más vulnerable.

Según estudios clínicos, entre un 5% y un 10% de las personas expuestas a bajas temperaturas constantes pueden desarrollarlos.

¿Cómo prevenirlos?

▪️ Abrigate bien: guantes, medias térmicas, calzado resistente a la humedad, bufandas y gorros.

▪️ Evitar cambios bruscos de temperatura: no acerques manos y pies directamente a estufas o calefactores.

▪️ Hidratá la piel regularmente con cremas, sobre todo en zonas expuestas al frío.

▪️ No es recomendable fumar: la nicotina reduce la circulación y empeora los síntomas.

▪️ Movete y masajeá tus extremidades para estimular la circulación.

▪️ Consumí alimentos ricos en vitaminas A, C y D, que favorecen la recuperación de la piel. 

¿Y si ya aparecieron?

Aunque son molestos, los sabañones suelen curarse solos en 1 a 3 semanas.Es clave no rascarse ni frotar la zona para evitar infecciones. Se recomienda: aplicar cremas calmantes (con corticoides suaves si los indica un médico); mantener la zona seca y protegida del frío; consultar con un profesional si hay ampollas, heridas abiertas o si tenés enfermedades crónicas (diabetes, problemas circulatorios) que pueden requerir un seguimiento médico.

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