Cultura y sociedad

12, Enero 2021

Amaxofobia: cómo afrontar el miedo a conducir un vehículo

En mayor o menor medida, conductores y conductoras atravesaron sensaciones poco agradables al volante. Rutas en mal estado, tráfico sobrecargado y un mal clima inciden en el estado anímico de quien conduce, lo cual podemos asimilar como parte de la cotidianeidad. Más allá de estos factores propios de la cotidianeidad, existe un trastorno poco conocido, la amaxofobia o el miedo a conducir un vehículo.

¿Qué es la amaxofobia?

Etimológicamente, la palabra proviene del griego “Amaxos” (carruaje) y “Phobos” (miedo terrible). Se trata de una fobia para conducir un vehículo, un miedo permanente que se manifiesta antes y durante la acción.

Los efectos son múltiples. Aparecen en forma de ansiedad, angustia, agitación, opresión en el pecho y malos pensamientos. La persona puede sufrir mareo, vértigo, sudor y taquicardia. También, padecer tensión muscular, molestias estomacales y ganas de gritar o llorar.

La amaxofobia se presenta en distintos grados. Las causas que lo originan pueden ser diversas. No es un condicionante que el conductor haya sufrido o presenciado un accidente, sino que puede ser consecuencia de las características propias de su personalidad, como la inseguridad, el perfeccionismo, la predisposición a padecer ansiedad, ideas negativas o depresión.

¿Cómo superar la fobia a conducir?

El miedo a conducir un vehículo se puede superar y la ayuda psicológica es fundamental. Se aconseja asistir a un especialista ni bien aparecen los síntomas y se detecta el problema. ¿Por qué? Para evitar agravar y cronificar el trastorno.

En caso de sufrir amaxofobia durante la conducción, los profesionales recomiendan detener el vehículo en un lugar seguro, donde no impida el paso de los demás. Aguardar el tiempo necesario hasta que la persona se sienta segura y estable para retomar el viaje.

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